Emprende un viaje a través de un paisaje pintoresco, donde un samurái armado monta un majestuoso corcel blanco al amanecer. El samurái, que encarna el espíritu de la caballería y el honor, se enmarca contra el telón de fondo de los cerezos en flor, cujos pétalos caen suavemente como copos de nieve. Un cielo vibrante pinta un hermoso lienzo para esta escena, con tonos de naranja y rosa que se mezclan en el horizonte donde el sol está a punto de salir. El estilo artístico, que recuerda a las ilustraciones de anime detalladas, da vida a la expresión serena del samurái y a la mirada expresiva del caballo.